Incluso los científicos están en contra: el peligro del Gran Colisionador de Hadrones

En septiembre pasado, el Gran Colisionador de Hadrones celebró su décimo aniversario. Incluso en la etapa de su diseño y construcción, los residentes de los asentamientos cercanos, así como algunos científicos, denunciaron su existencia. Pero si el descontento de los ciudadanos comunes se puede atribuir a la ignorancia, entonces las advertencias de expertos eminentes te hacen pensar. ¿Por qué es peligrosa esta querida creación de todos los físicos del planeta?

El Gran Colisionador de Hadrones (LHC) se encuentra en la frontera de dos países, Suiza y Francia, y el diámetro de esta estructura supera los 26 kilómetros. Esta es la instalación científica experimental más grande del mundo, a la creación de la cual asistieron más de 100 países. Miles de científicos están involucrados en el trabajo del colisionador, por lo que esta instalación puede servir plenamente como un ejemplo de estrecha cooperación internacional de físicos de todo el mundo.

El LHC es un gran acelerador de partículas cargadas, en el que se realizan experimentos desde el campo de la física de partículas elementales. A pesar de todas las garantías de los empleados que trabajan con el LHC, varios científicos acreditados creen que está lejos de ser seguro para nuestro planeta.

Los principales temores están asociados con la aparición de un agujero negro, una región del espacio con una atracción gravitacional colosal. E incluso los empleados del CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear), que supervisan el trabajo del colisionador, admiten que la formación de agujeros negros microscópicos es bastante posible, pero al mismo tiempo se aseguran de que serán extremadamente inestables y desaparecerán rápidamente. Sin embargo, varios físicos, incluido el famoso científico británico Martin Ries, creen que el desarrollo de un agujero negro puede volverse incontrolable y esto conducirá al hecho de que el espacio circundante comenzará a atraerlo.

Además de los agujeros negros, como resultado del trabajo del Gran Colisionador de Hadrones, pueden ocurrir estrangulaciones o correas. Estos son objetos comprimidos con una gran masa. Su principal peligro es que pueden transformar la materia circundante y convertir el planeta en una formación superdensa de pequeño diámetro.

Los físicos que trabajan en el LHC aseguran que no están haciendo ningún experimento sobrenatural, y todo lo que sucede allí se puede comparar con los efectos de los rayos cósmicos en nuestro planeta. E incluso Stephen Hawking creía que nada terrible sucedería debido al trabajo del colisionador.

Sin embargo, el riesgo de situaciones imprevistas todavía existe, porque los físicos no han adivinado todos los secretos del universo. Y no es casualidad que antes del lanzamiento del LHC, un grupo de científicos presentó una demanda en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. A pesar de que la demanda fue rechazada, las publicaciones sobre advertencias relacionadas con el trabajo de este grandioso centro experimental aparecen regularmente en la comunidad científica.

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