Gemas: cómo los troncos en el desierto de Arizona se convierten en cristales

En los Estados Unidos hay un bosque único, cuyos árboles están compuestos de gemas que brillan al sol con todos los colores del arco iris. No verás tal milagro en ningún otro lugar del planeta. Estamos hablando del Parque Nacional del Bosque Petrificado en Arizona. Es aquí donde puedes ver muchos troncos fosilizados caídos que consisten en amatista, ópalo, calcedonia y otros minerales.

Hace unos 220 millones de años, el área desértica del este de Arizona con plantas raras y difíciles de plantar parecía completamente diferente. En aquellos días, el clima aquí era húmedo con árboles subtropicales y gigantes coníferas, cipreses antiguos que se asemejaban a palmeras y el ginkgo relicto cubría la tierra. Sin embargo, una serie de grandes desastres derribaron árboles y los dispersaron por diferentes lados. Los terremotos, los cambios tectónicos y las erupciones de toda una cadena de volcanes provocaron un cambio en el clima y cubrieron el área con una gruesa capa de cenizas volcánicas y rocas, entre las cuales prevaleció el cuarzo. Poco a poco, los troncos de los árboles desarraigados se convirtieron en fósiles, que consisten en cuarzo y sus variedades.

La madera escondida a grandes profundidades no estaba sujeta a la descomposición, y durante miles de años se elevó lenta pero seguramente a la superficie, un día exponiendo sus fantásticos núcleos transformados en amatistas moradas, ópalos arcoíris, citrinos amarillos y calcedonia. Los primeros en descubrir esta belleza brillante fueron los indios locales. Comenzaron a usar fósiles para crear herramientas, armas e incluso viviendas. Cuando los europeos se enteraron de las gemas en el siglo XIX, comenzaron a exportarlas masivamente al extranjero, hasta que en 1962 este sitio fue declarado Parque Nacional y protegido.

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