La familia vendió todo y compró un camión viejo para mostrarle al hijo de 4 años la belleza del planeta.
Una vez, la familia Nardin de Austria vendió todas sus pertenencias, convirtió un viejo camión militar en una cómoda casa móvil y partió para explorar el mundo.
El ajetreo diario del mundo occidental fue muy decepcionante para la pareja, que soñaba con pasar el mayor tiempo posible con su hijo. Querían educar al niño por su cuenta, para mostrarle la belleza, la diversidad y la fragilidad del mundo. Entonces se tomó la decisión de emprender un viaje por un período indefinido.
Naturalmente, en el curso de una empresa tan grandiosa y romántica, los austriacos enfrentaron muchos problemas poco románticos: organización, burocracia, dificultades técnicas. Sin embargo, habiendo superado con éxito todos los obstáculos, la familia Nardin realizó su sueño.