¿Por qué los chinos plantaron más de 1 millón de álamos genéticamente modificados?

En la última década, China ha prestado mucha atención a la resolución de problemas ambientales, que se han acumulado mucho en el país. Una de las áreas prioritarias es mejorar la calidad del aire atmosférico, combatir la desertificación y preservar los ecosistemas forestales. Pero debido al hecho de que China prohibió oficialmente la deforestación en su territorio, surgió la pregunta sobre la falta de madera para las necesidades de la industria y la población. Solo para satisfacer la demanda de madera, el país decidió realizar un audaz experimento: plantar un álamo genéticamente modificado.

El álamo negro está ampliamente distribuido en Eurasia y es uno de los cultivos arbóreos de más rápido crecimiento. Por supuesto, los matorrales de bambú crecen mucho más rápido, pero no dan la valiosa madera que forman los álamos. Además, los álamos son una especie muy sin pretensiones que puede crecer en condiciones de humedad insuficiente o excesiva, así como tolerar las heladas, lo cual es especialmente importante para la parte norte del país. Por lo tanto, China ha confiado en el álamo como una raza valiosa para la tala industrial y la lucha contra la aparición de arena y barrancos.

Pero el álamo, como la mayoría de los árboles, tiene sus propios enemigos: especies dañinas de insectos que pueden causar daños significativos a las plantaciones hasta su completa destrucción. Especialmente para combatirlos, se modificó el gen del álamo. La nueva especie es capaz de producir toxina Bt, o toxina Cry, que conduce a la muerte de las plagas de insectos. Oficialmente, el permiso para plantar tales árboles ha estado en vigor desde 2002, y hasta ahora ya se han plantado alrededor de 1,4 millones de árboles.

Vale la pena señalar que el álamo genéticamente modificado no es la única especie de árbol en la que trabajó la genética. Ya se han creado suficientes abedules y álamos, que han acelerado el crecimiento, lo que en el futuro permitirá obtener un mayor volumen de producción de 1 hectárea de tales plantaciones. Al mismo tiempo, los partidarios de tales árboles aseguran a los ecologistas y activistas sociales que no representan una amenaza para las formas naturales y que no pueden formar semillas y reproducirse de forma independiente. Pero, por desgracia, como lo demuestra la práctica de China, esto no es del todo cierto.

Estudios recientes han confirmado que los árboles en los que está presente el gen alterado ya crecen no solo dentro de las plantaciones forestales, sino también detrás de ellos, lo que significa que los álamos con un gen que produce la toxina Bt son capaces de reproducirse y cruzarse con especies silvestres. Además, los científicos temen que puedan desplazar a las especies naturales de sus hábitats originales, ya que tales plantas no son vulnerables a las plagas.

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