Retratos de un fotógrafo que, con lágrimas en los ojos, disparó a prisioneros del campo de exterminio.

"El tema de la fotografía debe comportarse de forma natural. La cara no debe estar tensa, sin una sonrisa artificial". Estas son las palabras de Wilhelm Brasse, un fotógrafo profesional polaco que tuvo que hacer su trabajo en el campo de concentración de Auschwitz. Es difícil obtener uno de una persona que vive con miedo cada segundo.

Esta es una famosa foto de una adolescente polaca, Ceslava Kwoka. Wilhelm Brasse dice que antes del tiroteo, el director la golpeó en la cara varias veces con el puño.

Las fotos del campamento fueron tomadas de acuerdo con reglas especiales. Necesitas verlos de derecha a izquierda. La primera foto: la cara está vuelta tres cuartos y con un tocado. La siguiente foto - sin un arnés de cara completa. Este último, sin un arnés de perfil.

Wilhelm Brasse terminó en un campo de concentración como prisionero porque se negó a firmar un documento que respalda las políticas de Hitler. Tuvo suerte porque era un fotógrafo profesional, y fue inmediatamente asignado a un departamento especial.

Un documental llamado "Retrato" fue filmado sobre William Brasse.

En su entrevista, el fotógrafo mencionó que estaba avergonzado de los prisioneros, a quienes no podía ayudar.

Según sus cálculos, tomó alrededor de 50 mil fotos. En los primeros años de los campos, los alemanes realizaron grabaciones pedantes de todos los prisioneros.

Una vez por la noche, William Brass tuvo que fotografiar a más de mil prisioneros recién llegados.

Él, como buen especialista, tuvo que fotografiar a los jefes, oficiales y oficiales alemanes de las SS.

Le dieron cigarrillos, pan y salchichas para el trabajo profesional, que no era barato en general. Fueron alimentados por todo el equipo de fotógrafos.

Más cerca de la derrota del Reich, Brasse filmó experimentos en su mayoría inhumanos con prisioneros del infame Dr. Josef Mengele.

Los recuerdos de filmar en cámaras de gas lo perseguían toda su vida.

Después de su liberación del campo de concentración, Brasse ya no podía dedicarse a la fotografía. Él dice que, mirando a la lente, ve a mujeres judías torturadas frente a él.

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