Hace solo 250 años, las aves gigantes de elefante habitaban Madagascar

Las avestruces son las aves vivas más grandes. Pero nuestros antepasados ​​encontraron representantes más grandes de aves que vivían en el territorio de la isla de Madagascar hace solo 300 años. Por su gran tamaño y sus patas increíblemente poderosas, estas aves obtuvieron un segundo nombre: aves de elefante, y sus enormes huevos fosilizados bien conservados todavía son encontrados por los científicos.

Epiornis, o pájaros elefante, pertenecían a un orden separado, aunque tienen muchas similitudes con las avestruces modernas. La epiornisis de Madagascar eran simplemente aves enormes, su crecimiento alcanzaba los 3 metros o más, y su peso podía alcanzar hasta 500 kilogramos. A modo de comparación: el peso de las avestruces, las aves más grandes del planeta, alcanza los 150 kilogramos. Al igual que las avestruces, estas aves no sabían volar y tenían patas altas y poderosas.

Los huevos de Epiornis son simplemente increíbles por su tamaño. Más de 30 centímetros de longitud, tenían un volumen de 8-9 litros. Los huevos de las avestruces modernas son mucho más pequeños, solo 15-20 centímetros de longitud. Los huevos epiornis bien conservados todavía se encuentran en Madagascar, y se exhiben en muchos museos paleontológicos de todo el mundo.

Los fósiles más antiguos de epiornis de Madagascar son datados por científicos del Pleistoceno. Debido al relativo aislamiento, los epiornises que vivieron en la isla de Madagascar lograron sobrevivir hasta los siglos XVII-XVIII. Los colonizadores europeos de Madagascar mencionan encuentros con enormes aves que se asemejan a avestruces en partes remotas de la isla. A pesar de su enorme tamaño, los epiornis eran muy vulnerables. No sabían cómo volar y sirvieron como presa fácil para los cazadores hábiles, y sus enormes huevos, capaces de alimentar a toda una familia, siempre fueron un buen hallazgo. Por lo tanto, sufrieron el destino de muchos animales grandes de nuestro planeta: fueron completamente destruidos por el hombre. Pero, tal vez, gracias a los logros de los genetistas, la humanidad podrá corregir algunos de sus errores y restaurar a los animales exterminados de los fragmentos de ADN sobrevivientes.

Deja Tu Comentario